La Junta de Extremadura ha aprobado un nuevo decreto sobre teletrabajo que permite a los empleados públicos solicitar esta modalidad en cualquier momento del año. ... La medida se plantea como un apoyo a la conciliación de la vida laboral y familiar. Más allá de lo anecdótico, lo del teletrabajo es un punto de inflexión que supone aceptar el radical cambio de paradigma en la forma de producir y concebir las relaciones laborales.
Extremadura se alinea con desarrollos similares de otras comunidades autónomas, con el propio Estado y los países más avanzados. Es una gran noticia, que lo sería aún más si el endeble ecosistema empresarial de la región diera pasos en el mismo sentido. Pero esto es algo que no parece que vaya a suceder a corto plazo.
Empresas que reniegan del teletrabajo. La reducción de la jornada laboral, la semana de 4 días y la potenciación del «trabajo desde casa» solamente puede ser posible si se cuenta con la digitalización y las TIC de forma masiva. En este punto Extremadura presenta déficits no atribuibles a las administraciones, sino a la estructura del sistema productivo regional. Según datos del INE de 2024, el porcentaje de empresas que emplean tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) en Extremadura era tan solo del 9,5%, cuando, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid son el 17,8%. La implementación de esta tecnología impacta en la aplicación del teletrabajo, como lo hace también las dimensiones de las empresas y el sector productivo al que se adscriben. En Extremadura el 96,4% de las empresas son Pymes, con la mayoría empleando menos de 10 trabajadores, que tienen más difícil implementar nuevos modelos de trabajo. Con carácter general, el porcentaje de empresas que permiten la realización de teletrabajo en España se ha reducido significativamente después de la pandemia; en 2021 era del 50,5%, pero en 2024 pasó a ser el 37,5%. El mayor descenso se produce en las Pymes, según el INE. En Extremadura, en el año 2024 el porcentaje de empresas que permiten la realización de teletrabajo era tan solo del 21,2%, cuando en Madrid alcanza al 52,3%, y la media nacional del 31%.
El teletrabajo no es solo para oficinistas. Para explicar que el teletrabajo puede implementarse en todos los sectores productivos Francisco de Zárate (2021) trae a colación el 'Twin model' (modelo gemelo), utilizado en el sector de los hidrocarburos. Se trata de una réplica digital de una planta petrolera, lo que permite controlarla a distancia. Gracias a sensores instalados sobre el terreno, su gemelo en la pantalla del ordenador informa en tiempo real al empleado que está en su casa, sobre los niveles de mantenimiento, la capacidad de los tanques, o cualquier otro dato necesario para una operación que, en parte, también podrá ejecutar de forma remota. Es muy seguro que este modelo se aplica ya en plantas de secado de jamones, o en procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos. El 'Twin model' y la IA llevan el teletrabajo a su próxima frontera: la industria y muchos servicios que hasta ahora requerían la presencialidad.
Pero ¿seremos igual de creativos sin las charlas de café? La oficina o el taller es uno de los principales lugares de socialización, algo que no se perderá mientras mantengamos encuentros periódicos, con un 80% de trabajo remoto y un 20% de presencial, o los porcentajes que elija cada empresa. Pero ¿qué hacer cuando necesitamos ser vistos y tenidos en cuenta para posibles ascensos?
La promoción laboral y el teletrabajo. Según García Vega (2024), a largo plazo el teletrabajo puede ser un lastre para la promoción profesional. Citando a algunos directivos, el teletrabajo hace que se pierdan cosas que «la oficina te da gratis». Un responsable de equipos humanos debe poder comunicar personalmente, percibir cuando alguien tiene problemas y falta la figura del mentor. Además, hay que aprender a ser autónomos, señala García Vega citando a Phil Libin, un ejecutivo de Silicon Valley, algo que no es siempre sencillo. En España, Manpower Group afirma que solo las empresas emergentes, medianas y pequeñas solicitan perfiles de alta dirección que trabajen a distancia. Refiere García Vega (2024) que, Xavier Michel, responsable de contratación de la compañía, nunca ha recibido una petición de este tipo para una gran organización.
Perversiones del sistema. Hay riesgos añadidos para el empleado que trabaja desde casa. Empresas que buscan evitar rigideces y cotizaciones convirtiendo a sus teleoperarios en «proveedores externos». O directamente contratan servicios de personas en países con menores costes laborales. Por no hablar de la presión por las horas extras y no pagadas. Para la primera parte, no hay otra solución que mejorar los derechos y la protección de los trabajadores. Y para evitar excesos en la carga horaria, no hay que medir el desempeño por tiempo dedicado, sino por producción obtenida.
El reto es evitar la dualidad del mercado laboral, donde unos privilegiados acceden a modelos flexibles e inclusivos y otros deban conformarse con un sistema rígido y obsoleto de trabajo.
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