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«¿Cómo jugar a un juego en el que no conoces cuáles van a ser las reglas?», se preguntan en la Unidad Central Operativa (UCO) ... de la Guardia Civil. El instituto armado reconoce que el jueves enseñó un as que «absolutamente nadie», más allá de Koldo García, sabía que existía, pero –avisa– «la baraja es mucho más amplia». Las grabaciones subrepticias del exasesor de José Luis Ábalos han dado una patada al anterior tablero y ahora plantean una nueva partida llena de incógnitas. Los audios de antiguo portero de prostíbulo, aunque grabados en secreto, con mala calidad y de forma chapucera, «revisten una importancia capital», tal y como textualmente afirman los agentes en el informe que ha convulsionado a España.
Y es que esas grabaciones, además de introducir nuevos personajes en el primigenio 'caso Koldo', han desmontado por completo la estrategia de defensa de los propios Ábalosy García, han conseguido derribar en solo unas horas lo que parecía un fortín –la posición intocable del Santos Cerdán al frente del aparato del PSOE– y abocan a Ferraz a la zozobra infinita del 'a verlas venir' sin saber por qué flanco van a llegar los golpes.
Imposible, así, desplegar cualquier estrategia de defensa o tratar de extender un «cortafuego efectivo cuando no sabes por dónde vienen las llamas», reconoce uno de los abogados presentes en esta causa. Nada de volver a «poner las manos en el fuego» por nadie porque todo el mundo está a expensas de los agentes del Departamento de Delincuencia Económica y Anticorrupción que comanda Antonio Balas.
Y el odiado teniente coronel, al que Leire Díez, la señalada como 'fontanera' del PSOE cuyas organización estaba en manos de Cerdán hasta este jueves, quería buscar las cosquillas, tiene mucha munición en la recámara. Fuentes de la investigación revelan a este periódico que las 16 horas que la UCO ha incorporado el devastador informe que entregó el pasado 5 de junio al Tribunal Supremo son «solo una part» de las grabaciones que Koldo García comenzó a realizar al menos desde el 9 de abril de 2019. Diez meses después de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa y de Ábalos al entonces Ministerio de Fomento.
En la UCO creen que el exayudante de Ábalos –ante el vértigo de los tejemanejes en los que participaba y, sobre todo, azuzado por las inseguridades y el miedo (que se escuchan en las grabaciones) a ser utilizado y luego abandonado a su suerte– acabó copiando la táctica del comisario José Villarejo de registrar todos sus encuentros. Esa estratagema de Villarejo había salido a la luz pública con su detención en noviembre de 2017. Por aquella época, los audios del exmando de la Policía copaban portadas.
Nadie sabía que Koldo García grababa, confirman fuentes de la investigación. Las mismas que explican que el exasesor almacenó estos audios como «salvavidas» con la idea de usarlos, llegado el caso, como forma de extorsionar o para llegar a un acuerdo judicial con la Fiscalía Anticorrupción. Sin embargo, esta última baza se esfumó cuando el 21 de febrero de 2024, durante la 'operación Delorme' en la que el hombre para todo de Ábalos fue detenido, la UCO encontró en su domicilio del municipio alicantino de Polop de la Marina las memorias portátiles que Koldo ha intentado recuperar desde entonces a la desesperada antes de que fueran desencriptadas y analizadas. La 'vendetta', por tanto, no es tal porque el imputado no la deseaba; máxime cuando esos audios también lo crucifican a él.
El exasesor, y así lo ha demostrado en los últimos 14 meses, tenía pánico a que la UCO entrara en esos dispositivos. Los intentos de su defensa de buscar la nulidad de aquel registro como forma de neutralizar los audios fueron infructuosos. No hubo tampoco suerte con los escritos que alegaban que las memorias digitales no eran suyas sino de Ábalos, y que él solo las custodiaba, Por lo que no podían ser analizadas –argumentaba– daba la inmunidad de la que gozaba por entonces el exministro como diputado en el Congreso. Tampoco tuvieron éxito los alegatos de sus abogados de que el Supremo estaba incurriendo en una investigación prospectiva al ordenar informes sobre las adjudicaciones de obra civil amañadas, cuando el caso se debía circunscribir al supuesto cobro de comisiones por los contratos de administraciones socialistas para comprar mascarillas a la trama de Víctor de Aldama por valor de 53 millones de euros durante la pandemia.
Ahora, las grabaciones –explican fuentes del caso– construyen un «andamiaje sólido» para poder acusar a Cerdán de ejercer como el líder de una «organización criminal» que iba mucho más allá del material sanitario y que forjaba su negocio millonario, tal y como denunció De Aldama, en las mordidas por la obra pública. «Hemos pasado en horas de la tercera división a las ligas mayores», define un fiscal muy cercano al caso, quien explica que en esta nueva pantalla en la que ha entrado la investigación ya se han superado los «pecados menores» de pagos de viviendas a novias o alquileres de casas vacacionales para pasar a imputaciones mucho más graves.
Tan solo 46 palabras contenidas en la página 15 del informe de la UCO ya dan buena cuenta de esa fase aún por recorrer que los audios han inaugurado esta semana: «Las contraprestaciones económicas dimanantes presuntamente de Acciona, percibidas por Ábalos y Koldo, y gestionadas por Santos, ascenderían a 620.000 euros, si bien a criterio de Koldo aún quedarían 450.000 euros pendientes de abono. En las conversaciones registradas se desglosa este importe vinculando cantidades con obras concretas».
Los audios sobre las adjudicaciones amañadas incluyen la participación de dos personajes que, muy probablemente, van a acabar imputado en breve: la exdirectora de Adif Isabel Pardo de Vera, ya encausada en la Audiencia Nacional por la contratación fraudulenta de Jésica Rodríguez –exnovia de Ábalos–, y del exdirector de Carreteras Javier Herrero. La UCO afirma que Koldo se «valió» de ambos para la «manipulación de los procesos de contratación».
En las comprometedoras grabaciones, se puede escuchar a Cerdán pidiendo cautela a Koldo al referirse a cifras y los amaños investigados («¡Koldo! Que no quiero que hables de esto, que no se habla, que no hay que decir tantas cosas»). El entonces número tres del PSOE no sospechaba que la insistencia en tocar esos temas era para tenerlos grabados.
Las cautelas de Cerdán han impedido que la UCO haya podido incluir en el informe una aproximación del dinero que pudiera haberse embolsado para sí (o para el partido), pero –se felicitan en la UCO– los audios van a permitir su rápida imputación, ya sea con suplicatorio o no, e investigarle ya sin trabas. No obstante, el todavía hoy diputado por Navarra ha tenido desde el jueves por la mañana, si así existieran y lo quisiera, para destruir pruebas al blindarse detrás de su aforamiento frente a una orden de registro. Un allanamiento que Cerdán creía imposible hace solo unos días… cuando nadie sabía de los audios de Koldo.
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