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Las tres empresas propietarias de la central de Almaraz (Iberdrola tiene el 53%, Endesa el 36% y Naturgy el 11%) están de acuerdo en ... pedir «en breve plazo» al Gobierno que la nuclear extremeña no cierre uno de sus reactores en el año 2027 y el otro en 2028 como está previsto, sino que lo hagan los dos en 2030, según ha anunciado el consejero delegado de Endesa durante unas jornadas celebradas este jueves, organizadas por Cinco Días y Prisa Media. Este diario preguntó a Endesa por esas declaraciones y la empresa ratificó la información. Además, fuentes cercanas a la negociación confirman a HOY que «estas avanzan y hay un principio de acuerdo para alargar la vida de la planta hasta el año 2030, si bien no se puede hablar de nada definitivo hasta que no haya un planteamiento final».
«Puedo decir que en breve plazo, los operadores solicitaremos la extensión de la vida útil de las nucleares«, respondió José Bogas cuando le preguntaron por las nucleares. »Tampoco queremos hacer una revolución -amplió-. Hay un plan, que es el cierre con unas determinadas fechas, pero hay también unas circunstancias técnicas, como es el retraso en los contenedores, en los ATIS (Almacenes Temporales Individualizados, para los residuos que generan las nucleares) etcétera, fundamentalmente en Almaraz«.
José Bogas
Consejero delegado de Endesa
En ese momento, el CEO amplió la información específica sobre la central extremeña, la primera en ser clausurada según la hoja de ruta del apagón nuclear que las compañías y Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, la encargada de la gestión de los residuos y de los desmantelamientos nucleares) pactaron en el año 2019. «La parada de los dos reactores de Almaraz en años distintos dificulta mucho la clausura«, afirmó el ejecutivo. »No pedimos un cambio extremo, sino solo alargar su vida dos o tres años, y ajustar el año de cierre del resto de centrales«, afirmó el consejero delegado de Endesa. »¿Hasta el año 2030?«, le pregunta el entrevistador en referencia a Almaraz. »Exacto«, responde Bogas para no dejar dudas.
«He defendido siempre que la vida de las nucleares se alargue diez años, pero una cosa es lo que yo quiero y otra lo que es posible con los intereses de todos», reconoció el responsable de la compañía. La ampliación hasta el año 2030 «podría ser una opción que el Gobierno pudiera considerar, y además nos daría tiempo a seguir operando con seguridad reforzada» concluyó José Bogas, que antes de abandonar el escenario, respondió a una última pregunta. ¿Están de acuerdo en esto con Iberdrola?, se le pregunta. Y él aclara: «Estamos de acuerdo con Iberdrola. Y con Naturgy«.
José Bogas
Consejero delegado de Endesa
En el foro también ha participado Francisco Reynés, presidente de Naturgy, que ha abogado por prolongar la vida de la central nuclear de Almaraz hasta 2030, mientras que todas las partes implicadas se «sienten a debatir sobre si conviene o no revisar el calendario pactado». «Sentémonos todos, el operador del sistema, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y los operadores, a ver si dentro del nuevo panorama tiene sentido mantener aquel calendario o no«, añadió el presidente de la compañía. A su juicio, sería »bastante razonable aplicar un alargamiento« de los permisos técnicos de Almaraz que no implique nuevas inversiones salvo las propias del mantenimiento y, mientras, que le demos una vuelta» al calendario del cierre nuclear pactado en 2019«.
Francisco Reynés
Presidente de Naturgy
Al respecto, ha recordado Reynés que el calendario se pactó cuando no estaba contemplado el actual 'boom' de los centros de datos y la inteligencia artificial, que disparan el consumo de energía, ni los precios cero que se registran a menudo en la producción fotovoltaica, que reducen la rentabilidad de ese tipo de instalaciones«, ha apuntado el presidente de Naturgy. A todo ello, añade »se ha sumado la inestabilidad generada por la política arancelaria de Estados Unidos, que puede derivar en deslocalizaciones productivas y, por tanto, en cambios de demandas industriales previstas«.
El anuncio por parte de Bogas del acuerdo entre las tres compañías para pedir aplazar el cierre supone dar el paso que el Gobierno había pedido a las empresas. «No nos han solicitado ningún tipo de prórroga», han contestado distintos responsables del Ministerio cuando se les ha preguntado por Almaraz. La segunda condición que pone el Ejecutivo central para estudiar conceder el aplazamiento es que no esté ligada a una rebaja de los impuestos que pagan las centrales nucleares, algo que las empresas exigen para empezar a hablar.
Las declaraciones públicas de los dirigentes de Endesa y Naturgy vienen a confirmar la tesis que más fuerza había cobrado en las últimas semanas sobre el futuro de la planta ubicada en la comarca del Campo Arañuelo, que tiene en nómina a 350 trabajadores, más 400 de empresas externas. Sumados los empleos directos, indirectos e inducidos, son unos tres mil, según los datos que la propia nuclear facilitó hace unos meses. Además, hay que añadir unos 1.200 en cada recarga.
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