En Salsa | La crítica
Comer en la playa y añorar la Raya
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Comer en la playa y añorar la RayaDON POLEO
Jueves, 5 de junio 2025, 19:49
La playa de Comporta es un destino clásico de los excursionistas extremeños con ansia de mar. Y detrás de la playa, el pueblo de Comporta: media docena de calles llenas de chalés, villas, boutiques, celebrities portuguesas y restaurantes de moda como Comporta Flavours: así lo corroboran las redes sociales y lo comprobamos un sábado del mes de mayo al reservar y conseguir la última mesa libre. Aquí prosigue En Salsa un recorrido por el Alentejo marítimo que iniciamos en el Quintal da Liga de Alcácer do Sal.
Comporta Flavours es un proyecto de restauración que nació en 2022 y se sustanció al año siguiente en el restaurante del campo de golf Dunas Terras da Comporta. Fue en 2024, cuando abrió este Comporta Flavours en el corazón del pueblo de Comporta, un restaurante con un aire luminoso y veraniego que invita y agrada. Grandes cristaleras llenan de luz natural los salones interiores y una terraza, también acristalada, permite comer al aire libre.
Las mesas son pequeñas y estrechas, aprovechando al máximo el espacio y mezclando conversaciones de unos y otros grupos, familias y parejas. Nos sentamos en sillas de mimbre y bancos corridos con mullidos cojines. Bonita cristalería, buena vajilla portuguesa de la casa Robalo y magnífica cubertería de Vista Alegre. Los mantelitos son individuales de papel, al igual que las servilletas.
El pan llega en un saquito: cuatro rebanadas de clásico pan portugués y el agua, purificada en el restaurante, no mineral, se sirve en una botella personalizada y te la cobran (2.30 euros). Detallamos el precio porque es indicativo de que Comporta Flavours, al igual que el entorno, no es un restaurante barato, sino una pieza más de este enclave turístico, chic y de moda. Así que empezamos con agua del grifo a 2.30 euros y acabaremos con un postre a 7.90.
El servicio es atento, uniformado de blanco y negro con mezcla de profesionalidad y buena voluntad. Nos ofrecen los clásicos aperitivos (tostas de aceite y orégano, aceitunas, mantequilla, paté de sardina y queso), que rechazamos, y atendemos a una carta moderna, al estilo restaurante extremeño a la moda, con su tartar de novillo, su guacamole con nachos, su risotto, su lagarto, sus carrilleras o su tataki de atún. Pasamos de lo repetido y nos centramos en las especialidades marítimas: sapateiras, camarãos, lingueirãos, pulpos, arroces, doradas, robalos, lulas y chocos.
Empezamos con un «camarão tigre grelhado com arroz cremoso de coentros (cilantro), lingueirão (especie de navaja o longueirón muy propia de la ensenada de Setúbal) e lima». Es el plato individual más caro de la carta (38.50), pero nos permite calibrar la calidad de la cocina. El arroz viene en plato aparte con una generosa presencia del lingueirão, pero el cilantro devora los matices yodados, la gracia del marisco. Tres mitades de langostinos tigre se malogran por estar demasiado hechas a la plancha y por tener un toque picante, aberración en un plato de marisco que resta sugerencia y frustra el ansia de pureza marina.
La eterna diatriba entre la sencillez del marisco cocido con agua, sal y laurel al estilo gallego o el marisco aderezado con salsas y especias, tan portugués, vuelve a solventarse en Comporta Flavours, y en los restaurantes marítimos del entorno, a favor de la complicación. Tras los camarãos, el bacalao… Un «lombo de bacalhau lascado com puré de grão (garbanzos), espinafre (espinacas) salteado e crumble de maçã com broa de milho (maíz)». Magnífico bacalao, se deshace en lascas, pero nada que ver con los primorosos y apabullantes bacalaos alentejanos. Es un plato moderno con migas por encima, una especie de humus en la base, algún otro aditamento y poco más. Mucha cosa, pero no aporta nada a la experiencia bacaladera de un comensal rayano.
De postre, un finísimo milhojas de manzana, pasas y nueces con delicioso helado de vainilla. Muy conseguido el hojaldre templado de pasta filo. Gran, postre que anima a preguntarnos por qué no tuvo ese nivel la comida y por qué es tan difícil calificar alto un restaurante portugués, sea de la playa, sea de la raya, más allá de Herdade de Esporão, Fago o Acontece.
Dirección Rua do Comercio, 10
Localidad Comporta
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David González
Claudia Turiel y Oihana Huércanos Pizarro (gráficos)
Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez (Gráficos)
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