Reabre el mítico Bar Miguel de Badajoz

Como si de un torero se tratase, Miguel Martínez ha reaparecido en el ruedo de la hostelería pacense con vítores. Su inesperado cierre en enero dejó un sabor amargo a quienes frecuentan este bar, que no son pocas personas. Alegó motivos de salud y de falta de personal. «De lo primero me encuentro mejor. De lo otro, seguimos igual de mal», confesaba a En Salsa esta tarde.

Cuatro meses de baja que se le han hecho cuesta arriba en casa tras tanto tiempo detrás de un barra. «Algunos hicieron hasta una porra y decían que en dos meses volvería. Cuando pasó el tercero, se empezaron a preocupar», confiesa. Pero Miguel por fin está de vuelta con su oferta habitual: raciones, pescado según mercado, buena fritura y también sus aclamados sus boquerones y mejillones en vinagre. Continúa con su buena oferta en carnes ibéricas. Puedes leer aquí la crítica que le hizo Turófilo.

«He abierto con la idea de hacer un estudio de mercado de aquí al verano, a ver qué tal funciona porque tengo mucha clientela, pero no encuentro a nadie para trabajar», indica. Ahora están dos personas en cocina y él solo para atender las mesas y le gustaría tener a otra persona más en los fogones y otra con él. «La gente ya no quiere la hostelería, buscan algo más relajado», manifiesta.

El Bar Miguel abre ahora de miércoles a sábado para comidas y cenas. Los domingos y los martes solo ofrece el servicio del mediodía. «Con el poco personal que tengo me cuesta mucho cuadrar las horas. De este problema en el sector se están beneficiando las franquicias, que ofrecen quinta gama; solo abren una bolsa y ya tienen el plato, mientras que nosotros dedicamos tiempo a elaborar cocina casera», confiesa amargamente.

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