Los Palomos reivindican el amor y la igualdad en Badajoz

En esos momentos ya había gente en el recinto de la Alcazaba, donde el calor era más tolerable, mientras que a la zona de Puerta Palmas, el otro foco de la fiesta, le costaba coger color.

Los abanicos con la bandera arcoíris que se repartían a la entrada del recinto amurallado se agotaban a gran velocidad, lo que también servía para llenar de colorido el espacio. Algo a lo que contribuían las vestimentas y complementos. En las camisetas 'Love' era la palabra más repetida. «Es lo que hay que reivindicar: el amor; y los derechos de las personas, porque aunque parezca mentira en los años que estamos todavía los tenemos que seguir reivindicando», decía Ricardo López, que no se ha perdido una fiesta de Los Palomos desde su inicio en 2011. «Tengo entradas para el concierto de Vanesa Martín en Mérida esta noche, pero aun así he venido antes aquí», aseguraba rodeado de un extenso grupo de amigos.

En ese momento, cerca de las seis de la tarde, Rafaella Carrá y Rigoberta Bandini ponían la banda sonora en un recinto amurallado que comenzaba a llenarse de público. Eso sí, se repartía por las zonas de sombra. «Hemos estado comiendo en el centro y había buen ambiente, pero quizá algo menos que otros años», aseguraba a esa hora Inma Rivero, llegada desde Torrejoncillo y que tampoco ha fallado a ninguna edición de Los Palomos.

Uno de los primeros puntos álgidos de la tarde se produjo son la llegada a la Alcazaba de la Caravana de la Paz, una de las acciones que hace catorce años dio origen a esta fiesta. Lo hizo con un grupo de personas agitando banderas y con Tito Deluxe pinchando desde el escenario la canción que popularizó el programa de televisión El Intermedio inspirada en las despectivas declaraciones de Miguel Celdrán que fueron la causa principal del origen de Los Palomos.

Ese nacimiento reivindicativo se mantiene. «Tenía muchas ganas de venir; es el primer año que lo hago y no sé ni los grupos que tocan, creo que es un día para reivindicar la diversidad, porque la visibilidad es muy necesaria; espero que sea una noche muy larga», decía animada Marta Ortiz, que se desplazó desde Berlanga.

Junto a ella, Jesús Pedrero, su mujer y su hijo pequeño también disfrutaban de la fiesta, aunque en este caso la jornada se acabaría más temprano. «Estaremos un rato y nos iremos pronto», sonreía este pacense.

Minutos después llegaba el primer gran estallido de emoción de la tarde con la aparición de Cariño sobre el escenario. Gritos, aplausos y saltos que se han repetido con el inicio del concierto de Nebulossa.

Muy satisfechos se mostraron desde la Fundación Triángulo, organizadores de Los Palomos, con las actividades previstas en el programa durante toda la semana. «Han funcionado sorprendentemente bien las dos citas culturales de la mañana», explicaron desde el colectivo sobre la visita guiada en el Meiac y el tour por la obra de Antonio Juez.

«Es la tercera vez que incluimos la ruta y funciona muy bien porque hay mucha gente de Badajoz que no conoce al artista y personas que vienen de fuera para esta actividad», expusieron acerca del recorrido por la pintura y los jardines de Juez.

Además, a la visita por 'Variaciones sobre el Panóptico. De Cárcel a Museo (1995-2025)', que el historiador Javier Fernández Galeano, guió en el Meiac acudieron unas 90 personas. «Los consideramos todo un éxito y fue una sorpresa que nos agrada mucho», aseguraron en la organización.

Igualmente, el paseo en kayak por el Guadiana agotó todas las inscripciones previstas y la obra de teatro del viernes en el López de Ayala llenó el 80% del aforo.